El Canal Imperial de Aragón debía ser atravesado por una nueva ronda de circunvalación en la zona de entrada en Zaragoza. Aunque este tramo estaba ya fuera de servicio desde hace unos años, la importancia histórica del mismo exigía hacer compatibles ambas obras. Al iniciar la construcción de los túneles, las mamposterias antiguas no resistían y se desmoronaban. La consolidación con microcemento Spinor A12 fué la solución adoptada.